Abre tus piernas a la noche,
Y deja paso al silencio
Al que me ordenas guardar.
Cálida, esquiva, inmaterial,
No temas a mis palabras,
Son un sueño del aire
Que asciende por mi boca
Y va a morir a tus labios
Con el beso que me hace callar.
Un beso embriagado que da voz
Al susurro de mis manos
Con tu dialéctica y acogedora piel,
Con la poesía de tus senos
Al despertar de mis ojos,
Con los sentidos ocultos
De tu enigmático ombligo,
O con el dialogo apasionado
Que me ofrece tu espalda;
Pero tan solo es la metafísica
De tus infinitos muslos
La que vence a mis oídos,
La que rinde mi cuerpo
A los argumentos del tuyo,
La que rompe el silencio
Y atraviesa la noche diciendo
Ven, ven conmigo a la luz
Que nos acaba de encontrar
perdidos en la oscuridad.
No temas a mis palabras
¡Ven! ¡Ven conmigo!
Este me ha gustado mucho. Te lo pediré prestado.
ResponderEliminarTu excompañerodenfrente
Compartir es vivir... Así que encantado de prestártelo y sobre todo agradecido y sorprendido de que te guste.
ResponderEliminar¿Inventario?
Yes. Uno también es de Dios... ;)
ResponderEliminarUn abrazo Jose. Lo cojo prestado para llevarlo por ahí.