Por norma general la vida apesta más que la muerte; no se puede comparar la podredumbre diaria de un cuerpo vivo con la efímera putrefacción de un cuerpo muerto
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El concepto de no-ser me desborda, ¡no lo entiendo! Quizás debería ejemplificarlo: “Yo no soy a quien tu quieres”. ¡Joder! Qué mal, mejor lo dejo
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Una o dos veces por semana me dan ganas de romper con todo. ¡Vaya! Una o dos veces, ¿tan solo?, ¡y a la semana! ¡Uf!, creo que estoy empezando a madurar
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Estaba en lo cierto cuando dijo que teníamos un destino en común. Así es, vivir separados
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Sólo en una ciudad extranjera, en una cultura diferente, en un idioma que no entiendo, y, ¡que extraño!, me siento como si estuviera en casa. Creo que no debería sacar ninguna conclusión precipitada al respecto…
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Hoy es uno de esos días en los que pienso que mis padres se podían haber ahorrado el polvo
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Parece que en las heridas tengo el control de las palabras al contrario de lo que sucede en la poesía donde el lápiz me maneja a su antojo
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Charlando con una amiga, ésta me dijo que la vida me traería algo muy bueno, que yo me lo merecía; con una sonrisa agradecí sus deseos intentando disimular el abatimiento que empezó a apoderarse de mí: ¿tan mal se ve mi presente?
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Para abundar en los absurdos del error, solo se precisa abandonarse a los absurdos del orgullo
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Da igual, repito una y otra vez, da igual. ¿De verdad me da igual? No, pero tampoco conozco mejor forma de afrontar mi vida. Da igual
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Supongo que debería volver a intentarlo, el final ya está escrito
Jose Manuel Lucas
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