Menu

lunes, 25 de julio de 2011

Tarascadas (I)

Cuantos esfuerzos realizados solo por un momento tan fugaz como espasmódico, tan insustancial como vacío. Me refiero al orgasmo aunque bien podría tratarse de la vida
*** 
Acostarse por la noche desando tener un sueño por el que merezca la pena despertarse
*** 
La belleza como problema comunicativo
*** 
Hablo tanto conmigo mismo que a veces pierdo el gusto de hacerlo con los demás
*** 
Deseamos con tanta ansia ese encuentro inesperado capaz de cambiar nuestras vidas que cuando sucede todo sigue igual que estaba
*** 
No me escuchas porque de mi boca no salen las palabras, pero igual yo te hablo como si lo pudieras hacer
*** 
El capitalismo cambio el ser o no ser por el tener o no tener. ¡He ahí la cuestión!
*** 
Perderte fue una tragedia tan grande como lo hubiera sido tenerte y no poder haber escrito estas palabras
*** 
Siempre preferiré las conversaciones con mujeres así como los libros escritos por hombres
*** 
 A veces me pregunto si alguien me lee; yo mismo me respondo: sí, tú
*** 
El saber si ocupa lugar, sino que le pregunten a mi pobre memoria
*** 
Me dices que tu corazón pertenece a otro. Iluso de mí, yo pensaba que tu corazón era tuyo
*** 
Las mujeres nunca ostentarán el poder; son demasiado inteligentes como para hacer semejante estupidez
*** 
Cuando me abandonó me dijo que jamas encontraría a una mujer que me quisiera tanto como ella lo había hecho. Enseguida entendí que, por sus palabras, ella jamas encontraría a un hombre al que quisiera tanto como a mí. ¡Ojala!, respondí

*** 
Jose Manuel Lucas

2 comentarios:

  1. No acabas de sorprenderme; te creía un pasota y eres un auténtico filósofo que escribe sobre lo que medita. Me gustan mucho tus Tarascadas.

    ResponderEliminar
  2. Conchita, tu siempre tan amable; y, sí, soy pasota por naturaleza (y necesidad), si no, no sé que hubiera sido de mi... Saludos desde Estambul.

    ResponderEliminar

Gracias por comentar